lunes, 19 de noviembre de 2018

Una cordial invitación

Científicamente hablando, se ha demostrado que las conexiones neuronales se pueden regenerar y fortalecer con el recuerdo constante y la práctica...

Hablo de esto porque por más que lo intente, desde que llegaste no has hecho más que existir de maneras raras e importantes en mi existencia y memoria. Y así intentara olvidarte, es algo difícil dejar de acordarse de ti mi estimada panita. Digo, si voy a la tienda, estás en un chocolate... y si visito a uno de mis mejores amigos, su hija y mi ahijada llevan tu nombre... y aún que evitara esa golosina y las visitas a mis amigos, la misma calle donde trabajo te nombra... y por si fuera poco, no hay semana que todos no te recuerden por alguna razón.

No los culpo, solo mírate un segundo al espejo, ignora la belleza externa y te encontrarás con un gigante de doscientos trillones de años luz de grande (si, ya se que "trillones" no existe). Como te venía diciendo, con frecuencia miden a todos en tu campo laboral y la vara con la que son medidos eres tu, y... sí, les queda grande. Impresionante realmente, o al menos a mi me impresiona un montón tu existencia.

Pero bueno, a lo que se vino. A mi vida has llegado... o a la tuya me colé?, da igual. Con orgullo te escribo haciendo gala de mis mejores combinaciones literarias, y haciendo uso de toda mi concentración te he preparado un regalo que... no se si de algo te sirva.

Y el regalo es una invitación a quedarte, a no dejar de existir de la manera que lo haces, a aceptar toda la ayuda que yo pueda proporcionarte, por más insignificante que sea en tus infinitas capacidades...
y una invitación abierta pa' cuando puedas y quieras a un bolón de verde o un plato de tripas, o alguno de mis platos preparados por mi mano e ingenio (porque habilidad en la cocina no es que tenga, pero la creatividad lo compensa)