sábado, 27 de abril de 2019

Como una espada

Los hombres... vivimos creyendo ser quienes lo resuelven y lo solucionan todo, quienes tenemos la respuesta a todo. Pero hay una diferencia entre tener la solución y ser la solución... y las mujeres lo son.

Son la respuesta y la solución a todos los problemas que nosotros creamos, ellas son el el omega de nuestro alfa,

Las mujeres son las valquirias y nosotros... nosotros deberíamos aspirar a ser blandidos por sus manos, como la herramienta que ejecute sus deseos, que ayude a cumplir sus sueños y anhelos, que la acompañe en cada combate al cual ellas se enfrenten.

Que no necesitan una espada?, obvio y no... obvio y podrían defenderse solo con sus puños. Pero, ¿quién me negará mi derecho?, mi derecho a ser la elegante extensión de su mano y sus deseos, el filo  preciso e inquebrantable de sus acciones.

Pero ella es una artista y el mundo su lienzo... pues yo quiero ser el pincel más versátil que un artesano puede fabricar. Me bañaré en los pigmentos de sus proyectos más ambiciosos, para representar y plasmar cada fragmento que su mente proyecte.

Es mi orgullo hablando otra vez, diciéndome que valgo la pena y más. Es mi ego poniéndome en el pedestal de la espada más afilada, cuando solo soy un fierro oxidado, un pincel seco y olvidado... pero estoy seguro que debajo de todo ese oxido, mis trazos aún son precisos, mis cortes aún son fuertes y aún se me puede empuñar con elegancia.

Ja... Anhelos de un gamín