jueves, 13 de junio de 2019

El sanduchito

Les ha pasado que se sientan a comer un sandwich y les da ganas de llorar?
Y no por la soledad, la rabia o la tristeza... sino de felicidad.

Les digo algo... es el mejor sandwich del mundo, y solo tiene tomates y cuadritos de embutidos fritos. Pero es mi puta sanguche! Es mío!
No tienen idea lo mucho que me ha costado sentarme a comer este sandwich?

Si... sentarse a comer un pan relleno de embutidos.
Sentarse, tranquilo...
Atacado dos segundos por la paranoia al descubrir que todo está bien!
Y te da un mini infarto al pensar que todo está demasiado bien y que probablemente vendrá el karma, la vida o alguien a quitarte y comerse tu sanguchito... y lloras inicialmente del miedo, la pena y el dolor al recordar las otras cientos de veces que te ha sucedido igual.

Mi sanguchito!

Te dan ganas de rogar que por favor no vengan, y te dejen comer tu sanduchito en paz. No toquen mi sanduchito!

Pero... un instante de luz te ilumina, una pequeña melodía suena y te recuerda que este sanduchito es más que eso y pelearás a muerte por este sanduchito. Recuerdas que el precio de tu sanduchito no es solo económico.

Te costó tanto levantarte una y otra vez, muchos pagaron parte del precio de tu sanduchito. El puto sanduche lo pagaron tus padres, amigos, hermanos y tu puta esfuerzo. Tu sanduche se pagó con cada mañana que te levantaste aun que no tenías ganas ni de respirar, se pagó con cada problema que resolviste.

Lloras al descubrir que es el sandwich más caro de la historia, de tú historia... porque al final es la historia que importa.

Y no importa quien o que venga a quitarte tu sanduchito, lo disfrutarás tanto y morirás o matarás por él... y al final sonríes mientras te lo comes, porque es tu sanduchito, el sanduchito más rico de la vida y no importa si se acaba... harás otro del mismo valor, o mejor, mil veces más rico.

Buen provecho